Varios países se han incorporado a esta campaña que insta a dejar de comer carnes rojas un día a la semana para luchar contra la obesidad y el efecto invernadero.
Cristián M. González S.
Para apoyar a las tropas que se encontraban en el campo de batalla durante la Primera Guerra Mundial, la Administración de Alimentos y Drogas de EE.UU. (FDA, su sigla en inglés) incentivó en la población estadounidense la reducción del consumo de carne un día a la semana.
La idea se repitió para la Segunda Guerra Mundial y, casi un siglo después, un joven graduado de la U. de Oxford y ex productor del canal MTV decidió revivirla.
Así, en 2003, Chris Elam comenzó la campaña "Meatless Monday" (lunes sin carne), con el propósito de ayudar a reducir su consumo en un 15% y, de paso, contribuir a mejorar la salud personal y la del planeta.
"El lunes es el 'enero' de la semana; es la oportunidad de comenzar cosas buenas", cuenta a "El Mercurio" desde EE.UU. "Investigaciones de la U. Johns Hopkins muestran que la gente tiende a iniciar las dietas, ir al gimnasio o dejar de fumar los días lunes. Además, el juego de palabras suena bien", explica respecto de la elección del día.
A su juicio, al eliminar las carnes rojas de la dieta un día a la semana se está luchando contra la epidemia de obesidad que afecta al planeta y con el riesgo de enfermedades asociadas como el cáncer, la diabetes y los males cardiovasculares.
Y, también, se protege la ecología.
El 18% de las emisiones de gases que producen el efecto invernadero en el planeta está asociado a la cadena de producción de animales para consumo humano: desde la gasolina que se usa en las granjas hasta los gases que expelen las vacas, según afirmó en 2008 Rajendra Pachauri, presidente del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (PICC) para la ONU.
"La iniciativa fue prendiendo de a poco y hoy participan más de 30 universidades, colegios y restaurantes", dice Chris, director nacional de la campaña.
También traspasó las fronteras: Canadá, Holanda, Finlandia, Taiwán, Australia, Gran Bretaña (de la mano de Paul y Stella McCartney) y Brasil ya la han adoptado.
"Nos gustaría ponernos en contacto con Chile para que se sumen", agrega.
Chilenos carnívoros
La iniciativa aquí tendría que lidiar con una sociedad carnívora: 19,8 kilos es el consumo promedio de carne bovina entre los chilenos, según datos de 2009.
"En nuestra sociedad el consumo de carne tiene un valor social y cultural muy fuerte. Lo recomendable es comer no más de 300 gr de carnes rojas a la semana (el equivalente a dos bistecs). La iniciativa aquí debiera ser los lunes, miércoles y viernes", sentencia la doctora Cecilia Castillo, nutrióloga del Centro Clínico y Metabólico de Santiago.
El Ministerio de Salud ha desarrollado campañas de promoción del consumo de frutas, verduras y pescados en la dieta cotidiana, pero nada enfocado específicamente en las carnes rojas.
"La carne en la dieta es la principal fuente de proteínas, hierro y zinc. No se debe descartar, pero sí reducir y sustituir por carnes blancas o aquellas con menor contenido graso", agrega.
En la página del movimiento ( www.meatlessmonday.com) se ofrecen recetas, así como información nutricional que ha sido respaldada por más de 20 escuelas de salud pública de EE.UU.
Además del sitio web -que recibe más de 30 mil visitas mensuales-, hay grupos en Facebook y Twitter que superan los 15 mil seguidores alrededor del globo.
Ni mucho ni poco
La carne roja es una importante fuente de proteínas, sin embargo, su consumo en exceso puede aumentar el peso, el colesterol y el riesgo de patologías cardiovasculares y diabetes, advierte la doctora Eliana Reyes, de la Asociación de Nutrición Clínica.
Si bien un adulto puede dejar de consumirla en forma permanente sin poner en riesgo su salud (ya que las proteínas pueden ser reemplazadas por alimentos como legumbres, cereales, leche y huevos), no debe faltar en la dieta de niños y embarazadas, ya que "la carne aporta nutrientes que son críticos en estas etapas de la vida".
Publicado el 11/10/2010
Fuente: El Mercurio
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